La importancia de la salud cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares cada vez se están convirtiendo en un tema de más preocupación para la salud pública a nivel mundial. Las muertes por accidentes cardiovasculares, así como las personas en riesgo de cardiovascular no deja de aumentar. La Organización Mundial de la Salud (OMS), estipula que, si se mantiene el ritmo de crecimiento de esta enfermedad, hacia el 2030, el porcentaje personas en riesgo cardiovascular será de más del 35%.
¿Qué son las enfermedades cardiovasculares?
Las enfermedades cardiovasculares es un término que hace referencia a un conjunto problemas relacionados con el corazón y los vasos sanguíneos. Se tratan de afecciones que ocurren cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes del vaso sanguíneo o las arterias formando placas. Con el tiempo, estas placas pueden estrechar los vasos sanguíneos y causar problemas en todo el cuerpo. Si una arteria resulta obstruida, esto puede llevar a ataques ataque cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
Consejos para una correcta salud cardiovascular
La relación entre las diferentes grasas consumidas a lo largo del día, es uno de los factores más determinante de la dieta respecto a nuestros niveles de colesterol sanguíneos. Sin embargo, hay otros factores como el azúcar consumido o el deporte realizado que también tienen efecto sobre el mismo.
A diferencia de lo que mucha gente cree, un aumento del colesterol sanguíneo no viene originado por un aumento del colesterol de la dieta, sino que es originado, en la mayoría de casos, por un aumento de la ingesta de grasas no saludables o azúcares.
Grasas y colesterol:
A modo de resumen, antes de empezar con el tema en cuestión, recordar que el colesterol en sangre se encuentra formando lipoproteínas y que éstas, en su gran mayoría, son LDL (Low Density Lipoprotein), consideradas popularmente como colesterol malo o HDL (High Density Lipoprotein), considerado colesterol bueno.
Hay una relación adecuada entre ambos tipos de colesterol, siendo un problema para nuestra salud cuando nuestros niveles de HDL son bajos o cuando los niveles de LDL son excesivamente altos. Además, ambos casos van normalmente de la mano, es decir, altos niveles de LDL comúnmente se traducen a bajos niveles de HDL y el problema es mucho mayor.
TIPOS DE GRASA E IMPACTO SOBRE EL COLESTEROL:
Se pueden diferenciar dos grandes grupos de ácidos grasos en función de su estructura molecular:
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Ácidos grasos saturados: Su estructura molecular no contiene enlaces dobles, por lo que es una molécula lineal. En la dieta los podemos encontrar en alimentos de origen animal como la carne y derivados. También está presente en algunos aceites vegetales como el aceite de coco o el aceite de palma. Los estudios han demostrado que el consumo de estas grasas aumenta los niveles de LDL (colesterol malo) sin tener efectos significativos sobre el HDL (colesterol bueno) por lo que su impacto sobre el colesterol sanguíneo es negativo para nuestra salud.
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Ácidos grasos insaturados: Son los que contienen uno o más enlaces dobles en su estructura. De estos, podemos encontrar 2 grupos. Por un lado, tenemos las grasas monoinsaturadas, con un único enlace doble, presentes por ejemplo en el aceite de oliva o en el aguacate. Su impacto sobre el colesterol sanguíneo es positivo para la salud, ya que aumenta levemente los niveles de HDL y disminuye las LDL. Por otro lado, dentro de las grasas insaturadas tenemos las grasas poliinsaturadas, con más de un enlace doble. Éstas se encuentran principalmente en los frutos secos o en los aceites de pescados y también tienen un efecto positivo sobre el colesterol sanguíneo, pero en menor medida, ya que disminuyen los niveles de colesterol LDL pero no tienen impacto sobre los niveles de HDL.
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Por último, hay un tercer grupo de ácidos grasos, conocidos popularmente como grasas trans que se originan en los alimentos procesados industrialmente cuando se someten a altas temperaturas. Éstos tienen un efecto muy negativo sobre los niveles de colesterol en sangre ya que aumentan mucho los niveles de LDL y lo que es aún peor, disminuyen los niveles de HDL.
Hay que mencionar que en los alimentos no solo encontramos un tipo de ácido graso, sino una combinación de ellos. Por ejemplo, el aceite de oliva contiene un 76% de ácidos monoinsaturados, un 12% saturados y un 8% poliinsaturados.
Omega 3:
Estudios demuestran que el ácido eicosapentaenoico (EPA) y en menor medida el ácido docosahexaenoico (DHA) presentes en el omega 3, son excelentes protectores cardíacos gracias a su capacidad de reducir entre un 15 y 30 % los niveles de triglicéridos a la vez que ayuda a reducir y regular el colesterol LDL y la presión arterial evitando o disminuyendo la hipertensión arterial. Al disminuir los triglicéridos y el colesterol, disminuye el riesgo de aterosclerosis y por tanto todos los posible problemas derivados de la misma.
RESUMEN:
Azúcar y colesterol:
El azúcar al igual que los hidratos de carbono, influyen en los niveles de colesterol sanguíneos tanto de forma directa como indirecta.
Cuando ingerimos un alimento con hidratos de carbono, estos al digerirse, se descomponen en moléculas de glucosa que viajarán por el torrente sanguíneo y se introducirán en los diferentes tejidos corporales mediante la acción de la insulina.
Al consumir grandes cantidades de hidratos de carbono, se produce un exceso de glucosa en sangre circulante. Este exceso se almacena en el hígado en forma de glucógeno y cuando dichas reservas están llenas, el hígado transforma la glucosa en triglicéridos y otros lípidos como colesterol. Los triglicéridos serán almacenados en los tejidos adiposos en forma de grasa corporal, mientras que el colesterol, mayoritariamente LDL viajará por la sangre aumentando así el colesterol total sanguíneo.
Por tanto, el azúcar y los hidratos de carbono en exceso, aumentan el colesterol de forma directa aumentando los niveles de LDL y de forma indirecta, ya que pueden provocar un aumento del peso corporal, que en la mayoría de casos, está relacionado con una disminución del HDL y un aumento del LDL.
Deporte y colesterol:
El deporte ha demostrado ser un remedio eficaz para aumentar los niveles de colesterol bueno HDL lo que disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Coenzima Q10 y riesgo cardiovascular:
Además de las propiedades antioxidantes, se ha demostrado que la coenzima Q10 ayuda a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares al mejorar la circulación sanguínea y la presión arterial.