¡Mejora tu sistema circulatorio!

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Actualmente, las defunciones por enfermedades isquémicas del corazón siguen siendo otro año más, según el Instituto Nacional de Estadística, una de las principales causas de muerte tanto en hombres como en mujeres. Entre las más recurrentes se encuentran los infartos de miocardio y la angina de pecho. Cuidar el sistema circulatorio debería ser una prioridad de toda la población. Es por ello que en este artículo hablaremos de 3 factores claves para mejorar la salud del sistema circulatorio.
 

ENTRENAMIENTO:

 

– El corazón se vuelve más eficiente. Este órgano es un músculo que estando en reposo puede latir a 60 pulsaciones/min y durante un ejercicio puede llegar a 200 pulsaciones/min. A medida que entrenas, el corazón se fortalece y el ritmo cardíaco en reposo disminuye, necesitando menos latidos por minuto para repartir la sangre correctamente por todo el cuerpo. Así se reduce el riesgo a sufrir enfermedades de corazón y de hipertensión.
 

– Los vasos sanguíneos reparten la sangre con nutrientes por todo el cuerpo. Cuando realizamos ejercicio estos vasos se dilatan para transportar más sangre hasta los músculos. Además, el ejercicio continuado hace que se creen nuevos capilares para que el transporte del oxígeno sea más eficiente en el cuerpo, permitiendo así una oxigenación mayor.
 

– En la sangre, como comentamos, tenemos células rojas que son las encargadas de transportar oxígeno. Realizar ejercicio de forma continua incrementa el número de glóbulos rojos para que tengamos más capacidad de transportar oxígeno a los músculos.
 

– El sistema linfático es un sistema que no funciona con bombeo, sino que circula por fuerzas que se ejercen en los vasos. Realizar ejercicio físico activará los fluidos de la linfa y habrá una mejora de eliminación de toxinas del cuerpo.
 
 

ALIMENTACIÓN:

 

Uno de los grandes problemas que nos encontramos actualmente es que el sistema cardiovascular tiene dificultades para transportar la sangre, se hacen varices, hemorroides, arañas vasculares; así como se pueden crear placas de grasa en los vasos que los obturan a largo plazo. Además, mejorar la circulación permitirá que nos sintamos más ligeros en nuestro día a día. Para evitar tener problemas de circulación, es importante llevar una alimentación consciente, con el fin de tener una sangre fluida y unos vasos saludables. En general, una dieta sana y equilibrada, rica en vegetales, frutas, cereales integrales, pescado y frutos secos nos ayudará a tener unos vasos sanguíneos fuertes, pero os citaré algunos alimentos importantes para mantener la sangre fluida y disminuir el colesterol en sangre, uno de los causantes de que se obstruyan los vasos.

 

  • Agua: Sin duda INDISPENSABLE PARA ESTE SISTEMA. La sangre está formada de agua y beberla abundantemente ayuda al cuerpo a eliminar toxinas y a mejorar la circulación para repartir así los nutrientes de manera eficaz por todo el cuerpo.
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  • Ajo: Evita que la sangre se espese y se formen coágulos a largo plazo.
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  • Alimentos ricos en vitamina C, como la naranja o la mandarina, fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos para que la sangre fluya mejor. Además, contienen moléculas que evitan la acumulación de colesterol malo en sangre.
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  • Tomate: Es un alimento rico en licopeno, que previene que la sangre se espese y mejora el funcionamiento del sistema circulatorio.
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  • Jengibre: Es vasodilatador, permite que fluya mejor la sangre y evita la formación de plaquetas.
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  • Semillas: Sobre todo las semillas de calabaza, al ser ricas en vitamina E ayudan a disminuir el espesamiento de la sangre.
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  • Nueces: Son un alimento rico en vitamina B3 que mejora la circulación de la sangre y sus ácidos grasos ayudan a disminuir el colesterol del sistema circulatorio.
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DESCANSO:

 

El descanso y el sueño son imprescindibles para que nuestro sistema circulatorio funcione correctamente. Durante el día, es un sistema que no para de limpiar la sangre y la linfa, de repartir nutrientes por el cuerpo, de oxigenar los órganos y llevarse el dióxido de carbono, la sangre va al estómago, vuelve al corazón, se va los huesos, músculos, etc., no tiene ningún momento de paz, hasta que descansamos.

 

Mientras estamos relajados sí que es cierto que sigue trabajando el sistema, ya que seguimos necesitando oxígeno y nutrientes, pero cuando disminuimos la actividad este sistema trabaja menos ya que la presión arterial disminuye y el corazón realiza menos esfuerzo para bombear la sangre, ya que la exigencia de nutrientes es menor. El corazón no puede estar trabajando siempre al 100%, así que también necesita un respiro. Un trabajo excesivo del corazón puede traer complicaciones a largo plazo, así que si bien es muy importante realizar actividad física para activarlo, debemos también saber dejarlo reposar.

 

Como veis, una vez más, tanto el ejercicio físico, como la alimentación y el descanso son pilares para mantener la salud de nuestro cuerpo. Además, no producen más que placer y satisfacción cuando las hacemos, entonces, ¿por qué no llevarlas a cabo cada día? Debemos estar sanos por fuera pero, sobre todo, por dentro, y pequeños gestos generan grandes resultados.

 
 

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